Podríamos dejar que se lleven nuestros recuerdos
los botones descocidos y la forma inhumana...
Hacia donde caen los botones...
Todos bajo la única costura de hilo negro...
Y dejar que los bolsillos se deshagan...
Y dejar todos los recuerdos irse al vacío...
Y suelten nuestras llaves y olvidar nuestro hogar...
Y suelten nuestro dinero y olvidar nuestro consumismo...
Y dejar todos los recuerdos irse al vacío...
Dejar de pretender ser “seres humanos”
Dejar de ser inhumanos...
Dejar todas nuestras pequeñas pertenencias...
Nuestras hilachas y boletas...
Migajas y facturas...
Podríamos dejar que se lleven nuestros recuerdos...
Pero jamás olvidarnos de ellos...
Saber siempre que están ahí...
Donde caen los botones...
Bajo la única costura de hilo negro que sostiene nuestra sonrisa...
El tiempo y la aguja...
Prendidos de ella...
El tiempo y un alfiler...
Sometidos a acupuntura...
Podríamos dejar de pensar y escribir...
Podríamos dejar de pensar también...
Pero jamás olvidarnos de que lo hacíamos...
Dejar botones caer hasta el vacío...
Caer junto a llaves y monedas...
Caer junto a todo...
Cortando la única costura de hilo negro que sostiene nuestra sonrisa...
