lunes, 19 de noviembre de 2012

59. V3RT1C@L









CRaSTiaN MoReNo.




viernes, 9 de noviembre de 2012

58. ¿Qué Me DiCeS aHoRa?


¿Qué me dices ahora?

Cuando ya no es la hora.

¿La hora de?

Una payasada pesada
puede ser muy riesgosa
cuando el payaso 
le mueve la soga 
al equilibrista
en lo alto.

(por ejemplo ¿no?)

Más aun cuando este
hace malabares con
unas cuantas clavas
que caerían al unísono 
de su cuerpo enmallado 
sobre el publico
amaestrado para reír
incluso en funerales y asados
de animales como nosotros.

No olvidemos 
que somos animales.

¿Carnívoros o herbívoros?

Cada quien sabe.

¿Qué me dices ahora?




CRaSTiaN MoReNo



miércoles, 24 de octubre de 2012

57. ReCoRDé De PRoNTo


Recordé, de pronto
un pasaje de mi vida
en el cual habían
cinco casas
y ninguna tenía puerta.

Y las gentes a lo kamikaze
se lanzaban por sus ventanas
quebrando los vidrios
sin temer a nada.

Y cortados, rebanados
exorcizados y golpeados,
se sacudían las ropas,
se meneaban el cabello
y se ponían a caminar,
por las calles adyacentes
que culminaban para ellos
en lugares de trabajo.

Donde no recordaban
ninguna palabra desecha 
en los ceniceros apostados 
en las mesas de centro,
de aquellas casas
donde nadie fumaba.




CRaSTiaN MoReNo.


miércoles, 17 de octubre de 2012

56. ¿Qué Se SieNTe


 ¿Qué se siente
al hundir los ojos
en la calavera profunda
de los pensamientos abismales?

¿Que se siente
no creer en nadie
y no volver atrás
ni para mirarles?

¿Qué se siente
seguir respirando
sin conseguir arrancarte
la sensación de asfixia?

Tan vulnerable
como desnudo,
en un paredón
frente a mil cañones.

Mil cañones
apuntados a cada
nervio y cada órgano.
Con los párpados rajados.

¿Qué ves?
¿Qué sientes?

Cuando todo lo que tienes
repentinamente es desintegrado
y te envuelve
en un tornado polvoriento,

lleno de alegrías
lleno de risas
lleno de llantos
lleno de voces
lleno de griterío
lleno de fotografías
lleno de tristezas
lleno de alucinaciones,

hasta llegar
a la ultratumba
y la sordera mortal
que finalmente
nos fusila:
todas las emociones,
en aquel paredón,
desnudos
frente a la artillería
que disparará 
incesantemente,
hasta acabar

con nuestras
malditas sombras

y con nuestras

malditas preguntas.

CRaSTiaN MoReNo.

jueves, 19 de abril de 2012

55. CiNCueNTa Y CiNCo.









CRaSTiaN MoReNo.

viernes, 23 de marzo de 2012

54. EditH. (OncE)














CRaSTiaN MoReNo.

domingo, 18 de marzo de 2012

53. Dentro y Fuera.







CRaSTiaN MoReNo.

viernes, 2 de marzo de 2012

52. ViCToRia.










CRaSTiaN MoReNo.

jueves, 1 de marzo de 2012

51. Desde el fondo


Desde el fondo
de un callejón
observando afuera,

los entes que pasan
observando hacia el final
donde estoy detenido

sediento y furioso
cuajando los deseos

como roedor prisionero
corre la mente
en una rueda de metal
dentro de una jaula.

Cruje en el tímpano
dándole sangre al temor
esparciéndolo, en la piel

rebanada, desde la frente
hasta las huellas, de los pies
soportando el calor
contra un muro
de ladrillo estucado.

Quemando la espalda.
Quemando la espalda.

Llena de caminos.
Llena de caminos.



CRaSTiaN MoReNo.





lunes, 13 de febrero de 2012

50. Voy a pegarle al uno y el uno meterá quince y trece.


Voy a pegarle al uno y el uno meterá quince y trece
y esa buena suerte de martes y viernes
me llevará hasta la ocho y así terminará.

Terminará como aquella vez que nos fuimos
caminando hasta mi isla desde tu playa
y luego volvimos sin saber de la hora ni de las olas,
no había luz par ellas, ellas dos, ellas tres.

Eran cuatro finalmente, cuatro bolas
y emborrachándome como lo hacía,
solté el taco en el momento menos indicado
y tomé su tobillo desnudo que me erizó la sangre.

La sangre sobre el paño rojo
oscureció un poco el borde puntiagudo.
Como a un mantel manchado de aceite año tras año.

(No merecemos morir sobre una mesa ajena)

Los pillos que te saqué y los que me mamé
estaban ligados a tu garganta de calco aquella noche otoñal,
ligadas a tu sonrisa vidriosa, cálida extrañeza
que recuerdo ahora como la oportunidad
que tubimos para hablar un poco mas.

No apostamos dinero, pusimos extremidades
pusimos destapador y cenizero
y mucho hielo sobre los cuerpos,
evitando por unos minutos quemarnos
en la fragua tuya y el tizón mío.

Finalmente tuyo de todas maneras.
De toda la madera en la hoguera
nos quedó una braza perpleja de si misma,
se sonreía mirándose en las paredes luminosas.

Finalmente, el calor se nos escapó
y como siempre, lanzamos bencina y
encendimos un maldito volcán
y nos abrazamos en su falda mientras erupcionaba
y nos dejamos llevar por la marea monstruosa
de la Pompeya y del Vesubio,
una mas una más y unas más.

Recuerdo la siguiente jugada y le voy al maldito ocho,
y así también, aparece el pequeño recuerdo
de la pequeña sala, del pequeño dormitorio
de la pequeña mesa, del pequeño entuerto
y te abrazo de oso, sentándote sobre mi.

Me das la espalda y te beso el cuello
helado de mañana de ventana abierta
y tú quiebras tu brazo para abrazarme,
tocándome el cabello.

Me endereso en la misma posisión contigo a cuestas,
aprieto con mi pulgar tu pecho sonriente
y disparo a tu ceguera con mi visión llena de ti.

Así es como tuerzo tu cabeza para verte directo a los luceros.
Y te demuelo el umbral para botarlo sobre ambos
y no dejarnos salir de ahí mientras olemos nuestros torsos
cayendo por la cascada tibia de todo el poder que viene
de nuestras pieles que se merecen, la una a la otra
y nuevamente, vuelvo a nuestra jugada.

Nuestra jugada perdida en el tiempo del talco y la tiza,
la prisa y la risa, las malditas anfetaminas y las lineas
y el hielo undido en el JotaDe, como le nombraras,
en la misma mesa, la roja, la colmilluda, triangulos decapitados
y torpedera descalibrada de nuestros pensamientos
palabras desaliñadas aun, aun cuando nos endurecíamos
se llevaban bien, muy bien, demasiado bien.

Muy bien, por el momento, muy bien.
Luego tú te pusiste tacos y rajamos el paño
y tu tobillo suave me boló la jugada
y cometimos el mismo error de todas las veces,
nos enamoramos el uno al otro,
otra vez.

Y le pego al cuatro.
Meto la ocho
y de pegarle con el efecto pasado
se me resbala la blanca
por la buchaca izquierda
frente a mi,
ahí es cuando uno quisiera: no estar ahí.

Y tú, como escuchándome,
mirándome dijiste: LES GOU!!!

Y te solté el taco
y me volaste la jugada.




CRaSTiaN MoReNo.

martes, 7 de febrero de 2012

49. SaLiR SiN GuaRDaR.


Salir sin guardar
como aquel que corre
como lo deletreas
como sobre la hiedra.

Sin guardar
nada de todo
y hacer de aquello
cenizas de hueso.

Salir sin guardar
la ropa tendida
los platos lavados
los álbumes fotográficos.

Ser advertido
en la multitud señaladora
detenerse, tropezar
y beber del veneno.

Salir sin guardar
perder una coma: en un pajar,
una coma inducida,
del tipo etílico.

Perder la piel,
con el reflejo solar,
en el pavimento de aquella tarde
de compra y venta.

Con-sumo sigilo
me quema las agallas
mientras veo el fuego
en tu codo de hierro.

Salir sin guardar
ningún documento
ninguna frase
ningún cumplido.

Salir sin guardar

las colillas de pago

y el dinero sucio

de tu asalto encapuchado.


CRaSTiaN MoReNo.

sábado, 4 de febrero de 2012

48. BuoN ViaGGio.











CRaSTiaN MoReNo.

miércoles, 1 de febrero de 2012