miércoles, 27 de febrero de 2013

64. Una boca roja acaramelada


Una boca roja acaramelada
recorre los contornos
de unos labios calibre 45,
fusionándose y entregando
la humedad precisa
para no fundirse
en el tiroteo a quemarropa
que arde humeante
hasta desaparecernos la cordura.

Y me jalas el gatillo
de manera suicida
y el fuego nos quema:
la saliva, las sílabas
los torsos 
y los dedos delineadores.

Nos quema el dolor
de no saber
nuestro(s)
destino(s),
diezmando la feroz vorágine
dándole más poder 
a la llamarada
que nos incinera 
las pestañas enredadas
entre las miradas corto-punzante.

La balacera cuerpo a cuerpo:
Nos fulmina.
Volviéndonos invisibles e  invencibles.
Todo es violencia insaciable.

No te muevas corazón
que alguna costilla
pudiera atravesarte.

Aquí: dentro de mi tórax.




CRaSTiaN MoReNo.


martes, 26 de febrero de 2013

63. Una mujer sentada


Una mujer sentada
al borde de la muerte.
Teje desde la madeja,
una bufanda color rosa.

El punto arroz
sufre la misma persecución
de los suspiros añosos
tras el punto correteado.

Las manos alteradas
sostienen la hilera
y los palillos temblorosos
golpetean uno con otro.

Una mujer sentada
al borde de la muerte
teje desde una madeja rosa
una bufanda para regalo.

Para la nieta favorita
sentada a miles de kilómetros
del barranco.
Allá en el valle: no ve a su abuela.

No la ve desde el valle.
Aunque tenga ella
los mismos ojos de avellana.

No la verá, nunca, desde allá.





CRaSTiaN MoReNo.




lunes, 18 de febrero de 2013

62. Esa parte de mí


Esa parte de mí:
Se fue como un barco
desatado del noray.

La marea se lo lleva,
lentamente
y le marea incesantemente.

El oleaje umbroso
le disolverá en un punto,
allá lejos no le veré más,
no me llevará con ella
esa parte de mí.

Y cuando llegue a no verle
los hemisferios se desmembrarán
y allá en la otra mitad
navegará sin vapor
sin velas ni timón
ni ancla ni bitácora.

Viajará en el espacio
será astro en otras galaxias
será una pequeña estrella desde acá.

Esa parte de mí
será: Mi.

En las tres claves
en el rasgueo ligero
en un viento de bronce
en un botón de acordeón
en un metalófono infantil.

Será: Mi,
en el silbido de la tetera
del lechero, del cartero
del manicero, del viento
del zorzal y el tordo.

Y así nunca más:

Mí parte.

Mí parte de mí.





CRaSTiaN MoReNo.

miércoles, 13 de febrero de 2013

61. Recuerdo un vestido tuyo


Recuerdo un vestido tuyo.

Era de amanecer,
aunque igualmente 
lo lucías de tarde / noche.

Hasta que me encontraste.

Me buscaste y me encontraste.

Humeante, sediento y violento.

Me detuve cientos de veces 
pero:me encontraste y yo
afilé rápidamente mis dientes
y te mordí los besos
mientras me comías la lengua.

Te mordí la garganta
mientras mascabas mis hombros.

Te tomé el ombligo 
con el índice
de la mano del mismo brazo
que te laceara sobre la cadera.

Tú.
Me buscaste y me encontraste
y te arranqué aquel amanecer
aquella tarde / noche.

Tú.
Me buscaste y me encontraste
y no dejé pasar un minuto más
para darte todo el tiempo 
que tú deseaste.

Lacerando nuestras pieles
con el fuego de aquel alba 
que te hiciera noche
llenando de rocío
tus flores estampadas,
tus encajes de telaraña
que cazaban aquellas mariposas
bordadas frente al abismo
que les abriera para despojarles
de su hermoso hogar
rajado por la mitad 
junto al cierre
y aquel pequeño botón

que finalmente cayera

sobre tu piel resbaladiza.



CRaSTiaN MoReNo.