CRaSTiaN MoReNo.
martes, 29 de diciembre de 2009
domingo, 18 de octubre de 2009
19. ¿Qué me estás mirando?
¿Qué me estás mirando?
acaso lo sabes
acaso no sabes
¿acaso no tienes sabor?
¿Qué estás pensando?
¿acaso nada?
¿acaso no nadas?
¿acaso no hay nadie?
¿cómo llegué aquí?
sin nisiquiera partir
¿cómo me asusté de mí?
sin razón, sin sueños.
y todos los días pesadillas
y reliquias de borrachera
borracheras cleptómanas
y decadentes conquistas
¿me estás mirando?
¿las lineas de expresión?
me estás mirando las lineas de expresión
me estás mirando las grietas en las manos
¿me estás oliendo?
¿y no sientes aroma?
pues nadie nunca a olido
pues nadie nunca a sabido
pues todos estos años
sin saber nadar ni nada
se va ahogando el fuego
El fuego bien en el fondo
del mar y del mal
lleno de frío y líos
muy muy dentro de todos
muy muy dentro del lodo.
CRaSTiaN MoReNo.
domingo, 4 de octubre de 2009
domingo, 13 de septiembre de 2009
miércoles, 12 de agosto de 2009
16. Ahora él es dejado
Ahora el es dejado en la rivera cansada del mar.
Ahora camina fuera de ella.
Se adentra lejos en el bosque de pinos y zancudos chupa sangre.
Rodea los pantanos y árboles de hierro.
El ha vuelto a mirar a través del ojo, del ojo mágico de tu puerta.
Como un águila hasta ti.
Allá lejos se detiene la pupila
Y te observa lentamente desvistiéndote de tu piel,
de tus manos engrifadas y tus dedos y uñas tan accesibles,
todas enterradas en el pecho de mi inferioridad.
Sacude las almas.
Destrózalas contra cruces de hormigón.
Sacude las almas y miente nuevamente.
Muerde mis ojos,
muéstrame la realidad desde tu colmillo,
atraviésale y empuja tu verdad hasta mí.
Escupe desde tu agujero.
Escupe tus babosas y arañas,
dales hogar bajo mi piedra
Mi cuerpo y mi corazón,
todos juntos bajo tu cruz de hormigón.
Sacude las almas como polvo añejo.
Sacúdelas hasta el viento sur - poniente.
Elévales y observa cuantas veces se vuelven atrás.
Elévales y obsérvales deseosas de retornar
y baja la cabeza para seguir, maldito panteonero.
Calando y calando la tierra fértil de hueso y carne.
Sacude las almas,
destrózalas contra epitafios de mármol,
pesadas mentiras.
Déjalas volverse y obsérvales nuevamente,
mantén esa tierna sonrisa llena de paz.
Ellos no la tendrán jamás.
Ellos no volverán jamás.
Dime las últimas palabras desde tu muela.
Dímelas fuerte y sin retroceder.
Dímelas y retuerce cada acento junto a tu lengua,
torciendo el infinito y la esperanza.
Ellos no regresarán,
no volverán si quiera en imágenes,
no volverán si quiera imaginándome,
no volverán a mostrar nunca más,
no volverán nunca más a mostrar
los dientes, los colmillos, las muelas,
la lengua las manos, los pies,
el tungo y la mollera.
No volverán nunca más a confiar.
Nunca nunca, nunca más.
CRaSTiaN MoReNo
martes, 23 de junio de 2009
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