la perdí para mi.
No viajo al contrario,
al contrario: voy hacia allá
Perdido retomo
el camino y el alcohol
le doy a la tierra
mi sangre asaltada.
Bombea la neura
la vena y el zoronca,
le teje una soga
al cuello del control.
Para sujetarle fuerte
y no vaya lejos lejos
como un perro rabioso
te busca entre los olores.
De la calle de la ciudad
de la vida a la berma
esa que no da la vuelta
esa que se enfrenta
a la acera bruna
y le arroja puñetazos
a las chinescas sombras.
Ciego aun
sigo en pié
y comienza
el maldito amanecer
el maldito amanecer
y las manos rotas
las ropas revueltas
la quijada descarrilada
y las pocas pertenencias
aferradas con fuerza
a esta humanidad
que se desmorona lento
aunque siempre procura
ir recogiendo
los restos.
los restos.
CRaSTiaN MoReNo.