lunes, 8 de septiembre de 2008

10. TEN (ESTO ES PARA TI)


Cuatro veces golpeaba para que ellos supieran:

Soy yo, el cartero sin novedades...

Soy yo, el dormilón sin sueños.

Soy yo, el perro que no ladra y no muerde...

Estoy esperando un poco de suerte...

Estoy cantando canciones que no riman...

Estoy asustado de mi sombra.

Cuatro versos para una pieza.

Soy yo, el apostador sin dinero...

Soy yo, la serpiente que no asusta...

Soy yo, la última letra que no es z...

Estoy esperando a que llegues y no llegas...

Estoy esperando a que me entreguen y no lo hacen...

Estoy esperando a que anochezca y acaba de amanecer.

Cuatro para las seis de la madrugada.

Cuatro golpes en la puerta.

Abren tres personas.

Me miran.

Estoy buscando tus ropas bajo mis sabanas violentas.

Estoy saliendo de ellas, arrastrándome.

Es el feroz viento el que me asedia acá abajo...

Me secuestra hasta ahogarme.

En las frazadas de fuego...

En la almohada de fakir...

Son miles de horas transfiguradas...

Todos los relojes desconfigurados

en un horno de fuego lento

de una boca y labios pintados de negro

Donde los carbones son rojos cereza

Una vez, dos veces...

No hay mejor mentira que la preparada

para que te descubran.

Así de simple las migajas van cayendo

en medio de la cancha de rayuela.

Llena de bronce y escombro húmedo.

Sin decir más que brindis...

Sin decir más que salud...

He vuelto de la loma...

He vuelto a buscar tus ropas...

Me he quemado hasta los huesos...

Estoy preparado para que me lleves.

Siento tanto no haber vivido un poco más.

Podrías quemarte tú antes que al aire.

Podríamos llegar a un acuerdo.

Quita tus cadenas de mi cuello.

No me dejen azucenas.

No quiero flores para una piedra...

No quiero lombrices hambrientas...

No quiero lujos para fertilizar la tierra...

Quiero que se olviden de la fosa...

Quiero ser parte de un bosque.

No le cuenten a nadie.

Sólo déjenme ahí.

Enterrada la fiera.

Cuatro versos para una pieza...

Soy yo, el hombre de greda...

Soy yo, el tiempo de espera...

Soy yo, la canción ciega...

Estoy esperando a que llegues y no llegas...

Estoy esperando a que me entreguen y no lo hacen...

Estoy esperando a que anochezca y acaba de amanecer.


Cuatro para las seis de la madrugada...

Cuatro golpes en la puerta.

Abren tres personas.


Me muero.